La Panigale 1299 S no es una moto nueva. Lo digo en el sentido que no acaba de salir al mercado; lleva ya unos meses dando guerra, pero no había podido subirme en ella hasta ahora. Era una cuenta pendiente que me quedaba. Una cuenta obligada, ya que de la familia Panigale era la única que me quedaba por probar (a excepción de la exclusiva Superleggera), y no solo eso, sino que también era la única superbike 2015 de serie pendiente de mi examen particular.
Como siempre, después de hacerse público que he probado alguna de estas maravillas, viene la pregunta de rigor por parte de muchos sficionados: ¿cuál es la que más te gusta? Y cada vez nos lo ponen más difícil las marcas a los probadores. Cuando probé la BMW S 1000 RR 2015 pensé que era lo más de lo más, que ya no se le podía exigir más a una moto. Al poco tiempo me subí en Misano en la Aprilia RSV4 RF, y pensé que aunque no traía tantos avances técnicos como la BMW, era imposible encontrar una moto con la que ir tan rápido tan fácil y en tan poco tiempo. Luego probé la Suzuki GSX-R 1000, y ahí es verdad que no me llevé ninguna sorpresa porque es la más veterana de todas, aunque cuidado con el nuevo modelo que está a las puertas de salir, al igual que la nueva Kawasaki ZX-10 R. Después vino la nueva Yamaha R1, y cuando me bajé volví "a tener claro" cuál era la moto definitiva...
Y por fin le ha llegado el turno a la Ducati Panigale 1299 S, que vuelve a desmontarme mi película. Será que quería dejarme lo mejor para el final, pero de nuevo Ducati me ha vuelto a conquistar. Reconozco que tengo una especial debilidad por la marca italiana desde hace muchos años. Las Panigale y yo hemos vivido momentos preciosos juntos, pero al margen de eso, el nivel de competitividad de este modelo es algo sublime.
Vamos a comprobar en la práctica todos estos argumentos en la siempre adictiva pista de Motorland Aragón. Porque esto es una moto 100% de carreras y es en circuito donde debe probarse. Supongo que todo el mundo lo tiene claro por mucha matrícula que lleve.
Este sistema simplifica mucho la fase de la frenada, ya que es habitual –sobre todo en pilotos menos expertos- que se acumule el trabajo durante este proceso de la conducción, y el asistente de cambio es una gran ayuda. Pero hay que acostumbrarse; en alguna ocasión se me escapaba la mano izquierda a la leva del embrague para reducir?Te recomiendo que veas el on-board de esta prueba para comprobar lo que te cuento.
De la parte ciclo en especial se aprecian esos 4 mm que han bajado el eje del basculante, gracias a los cuales la moto tiende a salir menos abierta de las curvas y seguir mucho mejor la línea de la trazada que has elegido sin pelearte con la moto. En el momento de la frenada, se muestra especialmente estable de ambos trenes. Incluso cuesta cruzarla. Parte de este efecto es porque no cuentas con la retención "manual" del embrague, ya que es la propia moto quien gestiona la reducción como antes comentábamos.
Sin embargo, es mayormente achacable a otra de las joyas de este modelo: su centralita IMU (Inertial Measurement Unit). Es una centralita inteligente (muy inteligente, de hecho), que calcula todas las circunstancias que rodean a la moto y al piloto en cada momento en cuanto a aceleración o inclinación, y aplica la solución más apropiada de forma instantánea al control "antiwheelie2, al ABS y a lo que más se aprecia: la suspensión semiactiva Öhlins Smart EC.
Algo que no pude comprobar fue el ABS en curva. Está activo en el modo SPORT, y permite que el piloto pueda tirar a tope del freno en máxima inclinación sin que haya riesgo de bloqueo de la rueda y la consiguiente caída. Hay que tener mucha fe para probarlo, creo yo. Regula automáticamente la potencia de frenado y es ideal para pilotos con menos experiencia en situación de máximo compromiso. Yo solo utilicé el modo RACE; parte del día de pruebas estuvo lloviendo y el poco tiempo de pista seca había que aprovecharlo en el modo de máximas prestaciones y rendimiento de la Ducati Panigale 1299 S.
Llegamos a la primera curva de izquierdas y puedes afrontarla perfectamente en 2ª o 3ª velocidad en función de tus preferencias de pilotaje. En la 1199, si querías hacer un buen crono, estabas obligado a hacer estas curvas lentas en 2ª velocidad. Una de las carencias de la 1199, era el par a medio régimen, que en ciertas situaciones llegaba a recordarte a motores de cuatro cilindros en línea, ya que había que subirla mucho de vueltas para sacarle todo su rendimiento.
En esta Ducati Panigale 1299 S es al revés: cuanto más la mantengas a medio régimen, más fácil te saldrán los tiempos. En cuanto a precisión y agilidad, la moto entra por donde quieres con solo insinuarle tu intención, con aplomo y confianza. Una confianza que podría haber sido aún superior de haber calzado el modelo superior de neumáticos. Nuestra 1299 equipaba unos buenos Pirelli Diablo Supercorsa SP, pero sin duda que con unos SC los tiempos por vuelta hubieran mejorado el tacto general y los tiempos entre 1 y 2 segundos menos.
El control de tracción es ahora más suave que nunca. De hecho, no te das apenas cuenta de que está actuando de no ser por el testigo naranja que se ilumina en el cuadro de mandos. Además, la 1299 monta unos pulsadores en la piña izquierda que te permiten cambiar su regulación en movimiento muy fácil y rápidamente.
Una de las cosas que menos me gustó de la moto en comparación con la 1199 es que no cabía. Pero me refiero a las rectas. Entre curvas la posición está muy conseguida y natural. La moto, sin que te des cuenta, te coloca en una fina posición de ataque. Pero a la hora de aplanarte en las rectas, mis 1,90 m no le sientan muy bien a la Ducati Panigale 1299 S, cosa que en la 1199 no sucedía, ya que esta era un poco más larga hasta el final del asiento. No obstante, hay que reconocer que lo extraño es encontrarse ante un piloto de mi talla... Aún teniendo en cuenta que mi aerodinámica no era la mejor, llegué a visualizar un 295 km/h –sin la cámara onboard- en la larga recta trasera de Motorland. Y la italiana seguía empujando.
Por enésima vez, Ducati y su Panigale me han vuelto a conquistar. No se muy bien qué o cómo lo van a hacer los ingenieros de Ducati para mejorar este modelo en el futuro. De verdad que se me ocurren muy pocas cosas o ninguna que incorporar a esta moto de cara al futuro para justificar un nuevo modelo. Si existiera una barra libre gratuita de motos superbike, -hago especial inciso a lo de "gratuita", porque su precio puede echar atrás a más de uno- yo no tendría duda en disponer de una Ducati Panigale 1299 S en mi garaje. Eso sí, con fibras de circuito, porque esta moto con espejos retrovisores y matrícula tiene muy poco sentido.
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