VÍDEO: Así se prepara Laia Sanz para el Dakar 2018

El próximo 6 de enero, día en el que se inicie el Dakar 2018, Laia Sanz volverá a tomar la salida de la prueba de resistencia más dura del mundo. Con el objetivo de poder terminar en el top 15 de la general, sueño cumplido ya en la ediciones de 2015 -en la que quedó novena en la general- y 2016 -donde ocupó la 15ª plaza en la clasificación general, Laia Sanz se ha sometido a un año repleto de entrenamientos específicos que le hagan llegar a la prueba del Dakar en las mejores condiciones físicas posibles.

El entrenamiento de Laia Sanz tuvo el objetivo claro de ser eficaz para, una vez llegase el momento, la piloto española se pudiese someter a una prueba con etapas de hasta ocho horas de duración en condiciones extremas de calor, frío, lluvia e incluso nieve; el test definitivo de la resistencia humana en el mundo del motor: el Rally Dakar.

Laia Sanz ha estado preparándose durante todo el año para una nueva cita del raid más duro del mundo, pero antes de viajar a Sudamérica la piloto de KTM centra su preparación en las características específicas del rally. Por un lado, sesiones más largas de gimnasio: “Aquí, el objetivo es hacer sesiones de calidad”, explica. “Eso significa que no son muy largas –60 o 70 minutos– pero sí muy intensas, con poca recuperación entre ejercicios y muy alta de pulsaciones”. En estas sesiones, Sanz trabaja todo el cuerpo, en especial los brazos y la zona abdominal, pero no descarta nada: “La moto te exige mucho, así que no puedes centrarte en una única parte del cuerpo. Trabajo las piernas porque te sientas y levantas mucho; los brazos, la espalda, la zona abdominal… Todo es importante”.

Entre otros ejercicios, destaca ‘El Espantapájaros’, que la de Corbera practica desde que hacía trial, en el que da pequeños saltos mientras mueve una pesa hacia delante y hacia arriba: “Es muy intenso porque usa muchos músculos diferentes de todas las zonas del cuerpo”. El apartado cardiovascular es asimismo primordial, no solo con la bicicleta estática, sino también (por supuesto), con la moto: “Depende del lugar donde esté, y de la exigencia del terreno, en moto hago de una a dos horas”.

Su entrenamiento lo completa el esquí de montaña, que la ayuda de diferentes maneras: “Es un tipo de ejercicio muy completo que ayuda a desconectar, cambia mi rutina de entrenamiento, y trabajo en altura, algo que en el actual Dakar siempre viene bien, porque hay etapas a gran altitud”.

La preparación física para el Dakar no es un tema baladí, por dos motivos: “Cuanto más segura me sienta con mi preparación física, más preparada mentalmente me siento para el rally”, apunta Laia que, además, revela por qué es primordial alimentarse bien durante la prueba: “En mi primer Dakar perdí mucho peso”, recuerda. “Me costaba mucho comer y perdí unos 6 o 7 kilos. Es difícil llevar una dieta ordenada cuando cada día te levantas a las 3 de la mañana. Ahora, lo tengo muy en cuenta. Me preparo bocadillos pequeños, barritas, frutos secos, fruta… Lo llevo todo en la chaqueta y voy comiéndolo durante el día: antes de la especial, en el repostaje…”. Cualquier momento es bueno, contando con las muchas horas que se pasan sobre la moto y que los pilotos solo reciben avituallamiento líquido.

Toda esta preparación tiene como objetivo permitir que Laia acabe la prueba y que aspire a un buen resultado: “El Top 15 es un objetivo realista, pero me siente preparada para esta un poco más adelante. En un rally tan largo, con más navegación que otros años y más auténtico, puede pasar de todo”.