Sol y sombra

P1210106
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
No. No es que los ruteros que acudieron a la Invernal Motauros en Tordesillas (Valladolid) se lo montasen bien o mal, que pudo ser, sino que mientras que el sol brillaba con ambiente primaveral en toda la península, en el momento de poner los pies, perdón, las ruedas, en los aledaños del Duero, que son muchos aledaños, una persistente niebla se empeñó en -ensombrecer- el panorama Motauro.


Pero sólo externamente, porque Tordesillas y el ambiente que se respiraba en el -Área de Valdegalindo-, donde asentaban sus reales alrededor de las hogueras diez mil ruteros, se mostró, como siempre, brillante. -Como en casa-, era la expresión más oída. Y es que en Motauros, a pesar de esos diez mil inscritos mencionados, todo es- como más humano, más -en familia-.
Pero si una cosa nos sorprendió en Motauros 2012 fue la inscripción. Cinco días después de que Pingüinos echase el telón, pareció como si a media España motociclista lo de Puente Duero les pareciese poco, tanto que muchos repitieron carretera y otros se esperaron a Tordesillas, entre los que se encontraban algunos -quemados con Pingüinos-, que haberlos haylos.
 
Y esa es la gran ventaja que tienen ahora estas dos invernales, que desde el año pasado -no se pisan- la fecha y, mira por donde, la dos tienen tanta o más concurrencia que cuando eran paralelas.
 
Pero ¿de quién es el mérito de tanto éxito? No, no mires para otro lado buscando -el culpable-, porque eres tu y tus ganas de montar en moto, de compartir horas y batallas alrededor de la hoguera con amigos de todos los días, pero también con amigos de año, aquellos con los que sólo volverás a coincidir en Motauros, en Pingüinos… Y es que hay que ser grande, muy gran motociclista, no para ir desde León o Madrid a las dos (que tampoco es moco de pavo con las heladas que están cayendo), sino hacerlo desde Zaragoza, desde Cataluña, desde Valencia o Andalucía.
 
Es por ello que pensamos que muchos ya han hecho el cupo invernal, aunque para saberlo bien, veremos si dentro de unos días Las Nieblas en Íscar, Javalambre en Manzanera, Rota en ídem, Riberas de Voltoya en Juarros, Ponteceso en Coruña, o el Amotonamiento de Ulldemolins (un capricho de concentración)- no nos quitan la razón. Hay tanto -grande- por ahí que, haga sol o sombra, no nos extrañaría.
 
¿Y que fue del Caballero Negro? No se si alguno vosotros sabía que a la excursión de Motauros a Matapozuelos nos iba a acompañar -El caballero negro-. Efectivamente, allí estuvo un -caballero negro-, pero de vestimenta, el cuero negro de neumáticos Continental, y este, como presumíamos, no era el Rey Baltasar, que ya andará por Arabia, sino un pelirrojo venido a menos (capilarmente hablando) al que España le gusta tanto que se ha quedado a vivir con nosotros: Randy Mamola. Y lo bueno es que ya no hay que buscar un intérprete para animarle a coger el cuchillo y -darle al serrano-, como le vimos hacer en el restaurante LienZero (lugar de -respostaje- de los Motauros), ni tampoco desmitificar las hamburguesas. Por mucho -made in USA- que sean, al ver el -trapío- que tenía ese lomo de novillo o el cordero asado que Randy metió en las brasas o el horno de LienZero, seguro no, segurísimo que el americano las habrá desterrado para siempre de su menú.