Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

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Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Puede parecer que estos "doscientos" son simplemente 125 "engordados". Pero lo cierto es que cuando los pruebas ves que ese aumento de cilindrada les sienta tan bien que estás ante otro scooter. Unas prestaciones superiores les dan un rango de acción más amplio y les convierten en una opción muy interesante para los poseedores del A2.


Así es. Efectivamente, a nivel mecánico y con la ficha técnica en la mano, las diferencias entre estos dos scooter y sus respectivos «melllizos» en 125 cc son un cilindro y pistón más grandes. No sólo en cuanto a diámetro, solución más fácil y socorrida a la hora de aumentar cilindrada, sino también la carrera se ha modificado. Esto supone introducir cambios en el cigüeñal y biela, más, por supuesto, nuevos reglajes de inyección y encendido. Pero el resultado, en ambos casos, es mejor de lo que a priori puede parecer.

Y me declaro culpable: antes de iniciar esta prueba reconozco que creía que me iba a encontrar con dos modelos de 125cc con algo más de bajos, un poquito mejor respuesta y poco más. Por tanto, fui el primer sorprendido por un agradable aumento de prestaciones, aumento que corrige uno de los problemas endémicos de casi todos los 125 cc: en carretera los coches te pasan «sin compasión». Con estos 200 la cosa cambia. No son proyectiles, desde luego, pero pasan de los poco más de 100 km/h de los 125 a cerca de 130 km/h reales. Y ésa es justo la diferencia entre llevarlos a tope y aún así, en autovía, no alcanzar el ritmo del tráfico o poder ir adelantando coches con cierta soltura.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

Sólo con esto, dos scooter muy acertados en ciudad se convierten también en buenos «conmmuters» (como dicen en inglés), modelos perfectos para desplazamientos desde fuera de las ciudades al centro de éstas y viceversa. Los dos scooter enfrentados derivan de las versiones de 125 de los mismos. Carrocerías, tamaños, pesos e incluso parte ciclo son idénticos a los 125 cc. El motor, con los nuevos grupos termodinámicos más grandes pasan de los 12 CV del Suzuki y 15 CV del Peugeot a 18 CV y 19 CV, respectivamente. Y esto es suficiente para, en cuanto a prestaciones se refiere, llevarlos al nivel de algunos 250 e incluso 300 cc del mercado, manteniendo la agilidad y capacidad urbanita de los pequeños.

Entre ellos, ambos tienen prestaciones muy similares, pero no se parecen en nada más. El Suzuki Burgman es un verdadero scooter GT, con un elevado nivel de equipamiento y buena terminación, pero de un tamaño reducido de carrocería. De todas formas, y al igual que ocurre con el 125 cc, ese tamaño exterior contenido no afecta al espacio disponible, siendo suficientemente amplio tanto en capacidad de carga como en el sitio del piloto. Eso sí, el asiento, algo bajo, te hace llevar las piernas muy cerca del suelo del scooter, como si estuvieses sentado en una silla muy baja.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

El Peugeot Citystar es otra filosofía de scooter. Como también se basa en el 125, al igual que éste es un scooter a medio camino entre un scooter urbano y un GT. Motor de agua e incluso más potente que el Burgman, pero sustituye el nivel de equipamiento por un suelo plano, más útil en ciudad, y ofrece menos hueco bajo el asiento. Es un scooter de un tamaño mayor, más cómodo para pilotos altos.

Dos opciones distintas en 200 cc, son scooter perfectos para aquéllos que, teniendo el carné A2, quieren un modelo muy ágil en ciudad sin renunciar a la posibilidad de salir a la carretera. A precio poco por encima de los 125 cc, la mejora en prestaciones sobre éstos es sorprendente y, como te decíamos, amplía sus posibilidades por encima de lo que a priori puede parecer.

SUZUKI BURGMAN 200

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200MOTOR: Los 75 cc de crecimiento del Burgman con respecto al 125 se aprovechan bien, alcanzando los 18 CV de potencia máxima. Para alcanzarlos se recurre a mayor diámetro y a mayor carrera. Así han aumentado las prestaciones considerablemente.

EQUIPAMIENTO: El Suzuki Burgman es un scooter bien equipado. Desde la anterior versión, el cuadro ha sido rediseñado y ahora muestra, además de una mejor apariencia, mayor cantidad de información. Destaca el sistema de conducción «Eco» que anuncia que nuestra conducción es eficiente, y una pantalla digital de gran tamaño en el centro de las esferas.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

CARGA: Además de la enorme capacidad debajo del asiento (41l.), el Burgman cuenta con una granguantera con cerradura delante de las rodillas del conductor y otra guantera en el tablero izquierdo.

CONFORT: El asiento del Suzuki es muy grande y bien mullido. Los mandos también están en buena posición y son de calidad. El mayor inconveniente está en la altura del asiento sobre las plataformas de los pies. Es algo justa y, a pesar de que puedes llevar los pies hacia delante en la plataforma, tienes cierta sensación de ir sentado muy bajo.

PARTE CICLO: En cuanto a componentes de parte ciclo en el nuevo Suzuki Burgman 200, destaca la perdida del sistema de frenado combinado que llevaba la anterior versión. Neumáticos de 13″ delante y 12″ le dan buen equilibrio entre estabilidad y agilidad.

PEUGEOT CITYSTAR 200

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200MOTOR: El Citystar 200 engaña en cuanto a su cilindrada. Cubica 190 cc, entrega 19 CV a 8.500rpm y un par motor de 17 Nm a 6.700 rpm. Deriva del 125 de 15 CV que la marca utiliza en el Satelis mediante un aumento de diámetro y carrera. Es más potente que el Suzuki, pero apenas se aprecia en marcha.

EQUIPAMIENTO: Equipamiento medio: no incorpora cuentavueltas, por ejemplo (realmente no muy útil en un scooter), pero sí trae otros detalles interesantes como el respaldo del pasajero o el inteligente sistema de seguridad de la pata de cabra.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

CARGA: Es el suelo plano, con un gancho en el contraescudo, la mejor baza para llevar grandes bultos eneste Peugeot. Bajo el asiento, un hueco para un casco integral y un casco jet y delante una pequeña guantera completan el apartado de carga del Peugeot Citystar. Para abrir el asiento se hace desde la cerradura de contacto.

CONFORT: Es un scooter cómodo, con buen asiento y manillar, manetas, etc en buena posición. Sobre él, la postura es más natural que sobre su rival. El suelo plano también es un elemento a considerar en este aspecto al facilitar el acceso al puesto del conductor.

PARTE CICLO: También el suelo plano protagoniza este apartado. Obliga a un chasis con menos refuerzos centrales y esto condiciona el comportamiento, suficientemente bueno en cualquier caso. Frenos no combinados, suspensiones estándar y dos ruedas de 13″ son otros detalles a destacar.

COMPARATIVA EN MARCHA

Ambos scooter sorprenden. Corren más de lo que te esperas, aceleran muy bien y no han perdido nada de agilidad de «cuando eran 125». Así, en marcha con cualquiera de los dos descubres que son una perfecta herramienta para los que quieren moverse por ciudad y salir a la carretera, en desplazamientos interurbanos, sin las limitaciones de prestaciones de los 125 cc. Claro que para ello te hará falta el carné A2, pero como siempre, merece la pena.

El Suzuki es un scooter pequeño, ligero y compacto. Es fácil subirte a un scooter con el asiento a 730mm del suelo, por bajito que seas. Pero una vez arriba, y aunque en esta última versión se ha mejorado algo, el asiento queda muy cerca de las plataformas para los pies, por lo que adoptas una posición algo encogido. Ello, lógicamente, lo aprecian sobre todo los más altos.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

El Peugeot tiene una posición de conducción más normal, más erguida. No es tan bajito como el Suzuki, pero el suelo plano ayuda a subirte y bajarte con comodidad. Tiene un gran «invento»: como sabéis, es obligatorio que estos vehículos tengan o bien pata de cabra de plegado automático o corte de corriente del motor cuando se extiende. El caso es evitar que salgas con ella puesta y, por ello, sufras una caída. Peugeot emplea un tercer sistema, el mejor sin duda: con la pata de cabra puesta el motor no se para ni se recoge sola. Simplemente bloquea el avance de encendido, impidiendo que el motor acelere aunque abras gas. Se queda en una especie de corte de encendido. Así, puedes bajarte del scooter sin pararlo y, por tanto, preservando la batería de arranques continuos.

Una vez en marcha empiezan a aparecer diferencias. El Suzuki es más bajito, más fácil de mover en parado del asiento. Gira mucho, aunque el Peugeot también. Pero al llegar mejor al suelo en el Burgman es el Suzuki el que gana la prueba de maniobrabilidad a baja velocidad. Pero por poco. Por tan poco que en ciudad, a ritmo urbano los dos empatan. Su capacidad de meterse entre coches y de escaparse del lío de las ciudades es como con los 125, con ventaja para el Peugeot en cuanto a la posición de conducción, más normal y agradable que con el Suzuki.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200

En la carretera hay pocas diferencias. Los dos corren más o menos igual: rozan los 130 km/h reales y mantienen cruceros superiores a los 120 km/h en el marcador sin muchos inconvenientes. Es cierto que el velocímetro del Peugeot es algo optimista y parece que, por tanto, corre mucho más. Pero puesto uno al lado del otro, o midiendo velocidad real, observas que es el efecto psicológico de ese optimismo. Con buena protección aerodinámica en ambos casos, son buenos compañeros en la autovía.

Si sales a la carretera, a la hora de hacer curvas y de comprobar de qué son capaces si intentas una conducción más deportiva, es el Suzuki el que convence más. Ambos frenan bien y no llevan sistemas combinados. Dos manetas, cada una mandando sobre una de las ruedas, buen tacto y suficiente capacidad de frenada. En el Suzuki puedes optar por un sistema ABS, no así en el Peugeot, que sólo ofrece los frenos normales. Suspensiones algo más firmes en el Peugeot, más cómodas y blanditas en el Burgman, pero suficientes para sujetarlo, la mayor diferencia está en el propio chasis. Peugeot diseñó el Citystar como un scooter básicamente ciudadano utilitario, pero con un motor potente que asegurase buenas prestaciones. El suelo plano es una gran ventaja en cuanto a comodidad de uso y como ampliación de capacidad de carga, algo de lo que el Suzuki no puede presumir. Pero también supone una mayor flexibilidad de la zona central del chasis al no haber refuerzos entre la pipa de la dirección y el motor-basculante. Esto en marcha se nota y más al compararlo con un Burgman que, especialmente compacto, es bastante rígido. Cuando fuerzas mucho el ritmo o el suelo no es perfecto, la mayor rigidez del Suzuki te recompensa con un comportamiento más noble y confiable. El Peugeot se defiende bien, en cualquier caso, y no se va a mover de mala manera o a hacer cosas raras. Pero se aprecia menos firme.

COMPARATIVA CON PASAJERO

Los dos tienen espacio suficiente para el pasajero y buenos asientos. El Suzuki, con un asiento muy ancho por detrás, debido a la forma del hueco bajo él (los cascos entran uno al lado del otro) le dan esa anchura y hace que no sea fácil subir, a pesar de la poca altura. Con plataformas para los pies en su caso, el Peugeot incorpora reposapiés plegables y un asiento más alto y estrecho. Por motor y parte ciclo, ambos aceptan bien y con pocos cambios de geometría llevar alguien detrás.

Enfrentamos el Suzuki Burgman 200 con el Peugeot Citystar 200ASÍ LOS VEMOS

Si tienes claro para lo que son, ambos resultan buenos scooter, y si no les pides prodigios en carretera en cuanto a prestaciones, los dos son más que convincentes. En ciudad, sus carrocerías y tamaños de 125 cc se muestran con un tamaño ideal para moverte con agilidad, manteniendo buen nivel de protección con altas cúpulas y la comodidad de un scooter GT. En carretera, el Burgman convence más que el Peugeot. Los dos presentan unas prestaciones similares, pero el comportamiento del Suzuki, con chasis cerrado (sin suelo plano) es más noble y firme a la hora de ir deprisa. Gasta algo menos el Peugeot, aunque tampoco el Suzuki es especialmente «bebedor» y, desde luego, considerándolos dentro de la categoría de «maxis de más de 125 cc», están en la parte inferior de la tabla.

Muy cómodos, el Burgman tiene una posición de conducción algo baja, pero a la que te acostumbras hasta resultar cómoda. El Peugeot, de posición más natural, tiene el asiento más alto y un rodar menos suave. Buen nivel de equipamiento en ambos, muy completo y con detalles como el indicador de consumos en el Suzuki. A destacar la pata de cabra con sistema de seguridad del Peugeot (no para el motor, lo deja al ralentí y no acelera. En volumen de carga gana el Suzuki. Una enorme guantera central, con otra lateral por encima y un enorme hueco de cascos de 41 litros es mucho para vencer con el hueco para un integral y un jet más una guantera del Peugeot. Ahora bien, éste casi lo compensa con su capacidad para llevar objetos sobre su suelo plano.
 

FICHA TÉCNICA

SUZUKI

PEUGEOT

Motor

4T, 1 cil.; agua

4T, 1 cil Agua

Cilindrada

200 cc

190 cc

Alimentación

Inyección electrónica

Inyección electrónica

Distribución

SOHC 4V

4V

Suspensión delantera

Horquilla telesc., 33mm

Horquilla telesc., 37mm

Suspensión trasera

2 amortiguadores

2 amortiguadores 

Freno del./tras.

1D. 240 mm/D. 240 mm

1D. 240 mm/D. 210 mm

Frenada combinada

No

   No

Neumático delantero

110/90-13

120/70-13

Neumático trasero

130/70-12

130/60-13

Long. máxima

2.055 mm

1.985 mm

Dist. entre ejes

1.465 mm

1.430 mm

Altura del asiento

735 mm

N.D

Cap. depósito

10,5 l.

9 l.

Peso declarado

161 kg 

150 kg

Precio

3.699 € 

3.299 €

 

Peugeot Citystar 200