Limpiarse los cuartos traseros con el artículo 14 de la Constitución
Hoy empiezo a estar harto, cansado de escuchar la ironía del coste beneficio, poniéndole a la vida el precio de unos euros y justificando a espaldas de los ciudadanos un inmoral -esta inversión- no vale la pena-.
Y es que- si un poste que soporta una barrera de seguridad puede matar a un ciudadano que circula en motocicleta a una velocidad no necesariamente superior a 25 km/h-
Si la barrera metálica de seguridad es incapaz de proteger al usuario de una motocicleta y si es capaz de matarlo a velocidades tan bajas que podrían considerarse anormalmente reducidas-
Si esa situación homicida por imprudencia no es corregida por aquel que está obligado a ello a pesar de existir la solución a un precio de unos míseros 20 – el metro lineal-
Si la justificación es un no vale la pena porque la relación coste beneficio sólo entiende de pobres criterios económicos-
Si para algunos funcionarios públicos de este país, el artículo 14 de la Constitución Española tan sólo es una hoja para limpiarse los cuartos traseros en determinados momentos de descomposición y si todo esto es molesto de escuchar para algunos e incómodo de decir para otros, los ciudadanos que circulamos en motocicleta tenemos que morir, me niego a pensar que tengamos que hacerlo de rodillas, en silencio y sin ofrecer resistencia.
La batalla no ha terminado y hoy empiezo a estar harto. ¿Tú no?. Y desde este rincón, esquina abandonada de este alma rebelde, sigo sin explicarme cómo permanecemos callados ante la paralización parcial del plan barreras del Ministerio de Fomento desde el verano pasado y la existencia de órdenes circulares discriminatorias en cuanto a los criterios de instalación de barreras metálicas de seguridad y los criterios de protección de los motoristas.
Por cierto, en clave de alegría- un informe presentado por la Dirección General de Tráfico el día 28 de abril y realizado por INSIA, ha demostrado que los motoristas, como norma general, somos los más respetuosos con los límites de velocidad, más que los usuarios de los coches- DGT, gracias por destruir el mito.