¡Por fin!


Y me siento así por muchos motivos, pero, sin duda, uno de ellos es por haber vuelto a correr una carrera del CEV ocho años después. Ha sido en Albacete, el 11 de septiembre. La satisfacción es mucho mayor después de tantas lesiones y operaciones que he tenido. Sí, ya sé que no conseguí terminar la carrera, uno de los principales objetivos, pero todo lo demás que pretendía en esta carrera se ha cumplido, y con creces.
El primero de estos objetivos era divertirme y divertirnos todos los del equipo EMS; ¡y vaya que si lo hemos pasado bien! Antes que un equipo de carreras somos colegas que compartimos juntos una pasión. Se dan todos los ingredientes para que sólo el hecho de estar allí participando ya sea un motivo de disfrute. Entre bromas y risas se pasa el tiempo volando. Incluso los momentos malos, que siempre los hay en las carreras, son menos malos.
El segundo de estos objetivos era comprobar si físicamente era capaz de aguantar el ritmo de un fin de semana intenso de carreras (sobre todo después de mis dos operaciones de hombros y del pie) y también saber si era capaz de ir todo lo rápido que yo creía que podía rodar. Resultó que físicamente me encontré muy bien, aunque aún con algunas lógicas molestias, y de lo de ir rápido-va a ser que sí, pero ahora después lo cuento.
Otro objetivo era lograr junto al resto del equipo una moto competitiva y bien puesta a punto. No era fácil, porque hace muy poco tiempo que tenemos la nueva Kawasaki ZX-10R y, aunque ya sabíamos que es muy buena moto, era totalmente desconocida para nosotros y, además, requiere bastante más trabajo para ser rápida que nuestra anterior BMW S1000 RR. Digamos que este propósito lo hemos conseguido a medias; porque aunque tras el fin de semana hemos conseguido dejar una moto bastante equilibrada y puntera, aún no estamos a la altura de las motos de cabeza. Lo positivo es que sabemos qué es lo que nos falta y cómo conseguirlo. Es normal, los punteros nos llevan casi una temporada entera de ventaja.
Uno de los objetivos que no cumplí fue aprender a hacer bien la -jodida- curva de la cafetería. Desde que empecé a correr -y ya hace un huevo de esto- nunca he conseguido hacerla bien. La tengo atravesada, qué se le va a hacer. En realidad, todo el circuito de Albacete en sí no es un circuito que me apasione ni que se me dé especialmente bien. Si estuviéramos hablando de Alcañiz, otro gallo cantaría-
También me voy satisfecho porque cuando salga el reportaje de esta carrera en el número de noviembre de Fórmula Moto – a la venta a mitad de octubre-, creo que el resultado va a merecer la pena. La idea es contar desde dentro cómo es un fin de semana de carreras en el CEV. Me parece que me van a faltar páginas-
Y por último, sí, es cierto, me hubiera encantado terminar la carrera, pero un pequeño fallo mecánico -que ya ha sido identificado- provocó una brutal pérdida de potencia de mi Kawa y me tuve que retirar.
Voy a pasar a resumir -recordad, para la versión -extendida-, muy pronto en la revista- cómo fue el fin de semana. En los entrenamientos libres, todo fue según lo previsto. Se trataba de coger un poco de ritmo y solucionar algunas carencias de la moto que no habíamos podido antes por falta de tiempo. Cosas del tipo instalar un puño rápido de gas, un nuevo asiento más acolchado, probar los nuevos discos y pastillas de freno, ajustar el control de tracción y mapas de encendido, etc. No era importante conseguir tiempos rápidos, aun así con gomas usadas tenía un ritmo fácil de 33.
Para el sábado en la primera sesión de cronos no había nada que probar. La moto estaba más o menos por el sitio y sólo tenia que concentrarme en pilotar. Había que aprovechar el -fresco- de la mañana a las 10:30, ya que la segunda sesión a las 14:30 con el calorazo que haría, iba a ser muy improbable (como así fue) que nadie mejorase. Salgo con un neumático nuevo duro delantero y un usado detrás para coger ritmo. 1:33:1 y paro en boxes. Ponemos uno blando nuevo detrás. Con este ya voy a -tirar- en serio a ver qué sale. Vuelta de calentamiento, voy tenso porque sé que tiene que salirme bien. Voy tan tenso que en la vuelta de calentamiento me voy hablando a mi mismo en la moto: -Isma, tranquilo tío, has hecho esto mil veces-, respiro hondo, trazo muy abierto la entrada a meta para poder abrir gas pronto y-.-a fuego-.
La vuelta va perfecta ¡Joder cómo agarra este 27 nuevo! Incluso la curva de la cafetería no me sale tan mal. Voy pensando -en esta vuelta cae un 31 seguro-, hago el curvón de izquierdas y a lo lejos veo un piloto bastante despacio y-..¡mierda! me pilla justo en la frenada que hay antes de la recta de atrás. Le tengo que pasar por fuera y me ha quitado unas décimas. ¿Por qué si alguien va tan despacio en unos cronos no mira hacia atrás o va por fuera de la trazada? Paso por meta y 1:32:1. Me cabreo tanto que no quiero ni intentar otra vuelta; quiero meter YA la goma de calificación. Paro en boxes. Me ponen el -qualy- y salgo. Estoy más concentrado y motivado que antes.
Hago la de calentamiento y empiezo la vuelta rápida tirando a muerte como si no hubiera mañana. Mientras voy dejándome todo en la pista me da tiempo a pensar algo justo antes de la frenada de la parabólica: -Isma, no la cagues, llevas una vuelta muy buena; no te pases frenando por ansia viva, que el tiempo con un -qualy- se hace sobre todo a la hora de dar gas-. Efectivamente, sigo frenado más o menos donde siempre, pero doy tanto gas en la salida de las curvas que creo que voy a arrancar el puño– ¡Es acojonante cómo agarra el neumático de calificación! Llevaba ocho años sin montar ninguno. La moto ni se menea de atrás por muy tumbado que vayas y mucho gas que des. Mi idea era dar sólo esa vuelta, me había salido muy bien. Pero paso por meta y-.¡el lap me marca 0:32:00! Yo no me fijé en el primer 0 en ese momento. Pensé que que era 1:32:00 ¡Me cago en todo! ¡No puede ser! ¡Si me ha salido perfecta! A más de 200 km/h en la recta lo primero que pensé al ver eso es que Gus -el -capo- de EMS- había perdido una importante apuesta que se había hecho con nuestro colega y compañero de box Edu -no se puede contar por es de contenido XXX- así que pensé: -¡Una mierda, voy a dar otra vuelta con el qualy a ver si aguanta!-
Tiré igual de a muerte que la anterior, y me estaba saliendo muy bien hasta que me colé en la rápida de la cafetería. Me falto un pelo para irme a la tierra y caerme. Esa vuelta fue de 1:32:10. Luego miramos en la telemetría, y resulta que en el primer parcial, venía incluso más rápido que la anterior. Cuando paré en boxes, estaban todos con una sonrisa de oreja a oreja. La supuesta vuelta de 32:00, había sido en realidad de 1:31:5, porque mi lap timer había fallado, y Edu había perdido su apuesta. Después de ver la telemetría de esas dos vueltas, la vuelta ideal era de 1:31:3. Estoy convencido que trabajando en la moto un poco más podría hacer 1:30. Menos de eso, sinceramente lo veo imposible ¡a mi edad! J La pole fue de Ivan Silva con 1:28:9. ¡Qué locura! ¿verdad?
En el segundo crono me lo tomé con calma. Sólo quería probar que el camelback que llevé para beber agua en pista funcionaba bien y practicar salidas con el Launch Control, ya que nunca lo había probado antes. Pero no me convencía. También decidimos hacer un pequeño ajuste en la altura delantera de la moto de cara a la carrera. Y creo que resultó un error.
El warm up fue un mero trámite -aunque no debió serlo y debí prestar más atención a los nuevos reglajes-, y respecto a la carrera-.no hay tanto que contar como me gustaría. Ojalá le hubiera hecho caso a Gus y hubiera aprendido a usar bien el Launch Control. Decidí desconectarlo y hacer la salida -a pelo-, como las de toda la vida. Debió ser la peor de mi vida. Del 11 que estaba en parrilla debí llegar como el 18 a la primera curva. Pasé unos cuantos pilotos las primeras vueltas, otros me frenaron y los del grupo con los que yo debía haber estado se escaparon. También me encontré con un chattering tremendo que no tenia el día anterior. Creo que fue por haber cambiado la altura de la moto. Entre los que cayeron delante y los que adelanté, alcancé al que finalmente fue 10º, y justo en ese momento la moto empezó a sonar rara y a correr muy poco, así que tuve que retirarme. Creo que hubiera terminado 10º, pero ahora ya da igual. Me he vuelto muy, muy contento de Albacete, y sólo pienso en mejorar la moto para la siguiente carrera.
Muchas gracias a todos los que pasasteis por allí, a Pep por las fotos, A Edu-no sé por qué, pero también. Bueno, sí ¡Por ser mi motivación para hacer 31! Jajaja… A todo el equipo EMS, Gus, Jorge, Alvaro, Martín y Ana, a Ángela (ya sabes la razón) y a todo aquel que se me olvide.