¡Hay que ver las cosas que me pasan! En estos momentos me encuentro dándome un baño en un magnifico hotel y a unos cuantos miles de kilómetros de mi casa, más concretamente en la ciudad China de Guangzhou.

Otro mundo

Ismael Bonilla 1
Otro mundo
Fórmula Moto
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Antes de venir aquí, me he pasado un par de días en Beijing (Pekín de toda la vida), otros dos en Shenzen (lo que llaman la fabrica del mundo) y pasado mañana vuelo a Shangai, a ver si hay tantas falsificaciones perfectas de relojes como dicen.

¿Y qué pinto yo aquí?, os preguntareis algunos. A parte de las motos, por suerte o por desgracia, hay más cosas en mi vida y entre ellas, mi trabajo «normal». Se está celebrando en Guangzhou la feria más importante del mundo en lo que a iluminación LED se refiere, y tenía que estar aquí. Ya de paso, pues un poquito de turismo no está de más. La gran muralla China me ha impresionado.

Quizás alguno se esté preguntando, ¿y se está dando un baño mientras escribe su blog? Pues sí, pero no con el ordenador portátil, sino con el iPhone (solo hay que tener un poquito de paciencia y de vista).¿Y por qué? Pues por una «bonillada» de las mías. En el aeropuerto de Barajas, como muchos sabréis, te hacen sacar el portátil de la bolsa y ponerlo en una bandeja. Pues allí se quedó. Espero que cuando vuelva algún buen samaritano me lo haya rescatado. Los que me conozcan un poquito seguro que no se sorprenden de que me pasen estas cosillas.

Al margen de este episodio de «españoles por el mundo», ¿por qué cuento lo de China? Pues porque aquí también hay motos. Muchas, ¡muchísimas! No tantas como chinos, pero casi. En China, solo el 30% de la población puede tener el «lujo» de poseer un coche, por lo que las bicis y las motos predominan en muchos casos. Eso sí, lo de llevar el casco puesto, ni hablamos. Por no llevarlo, no lo llevan ni los policías… También es muy habitual ver a 3 y hasta 4 personas desplazarse en pequeños ciclomotores, pasando a escasos centímetros de los coches y, por supuesto, sin respetar ni una sola norma de circulación.

En realidad, es que creo que aquí no hay ni normas, y se ven auténticas barbaridades constantemente. Llevo aquí 5 o 6 días y ya he estado a punto de tener como 10 accidentes. Pero debe ser que están tan acostumbrados al caos, que han cogido práctica en la suerte de salir indemnes. De todas maneras, no conozco las estadísticas de accidentes de aquí, pero si nuestro amigo Pere Navarro se viene por aquí una temporada, se frota las manos a recaudar.

Sin embargo, dentro del desastre circulatorio que es China, hay algo que me ha llamado la atención muy positivamente. Aparte de los miles de ciclomotores que hay, hay tantas o más bicicletas con motor eléctrico. En España las hay, pero es raro verlas por las calles. Aquí lo raro es que alguna no esté apunto de atropellarte cada vez que cruzas. Creo que estos «cacharros» son una gran solución para el tráfico y la contaminación en las grandes ciudades; claro, que habría que regularlo. Pero a quien le corresponda, que le de una pensada al tema.

Me voy a despedir ya que me están saliendo agujetas en los dedos de darle al iPhone, pero antes una ultima reflexión a la que he llegado estando aquí. China es ya la segunda potencia económica mundial, pero no nos engañemos, es porque son muchos chinos. En renta per cápita están muy abajo en las listas. Hay mucha pobreza, incluso miseria. Esta vez lo digo con más motivo que nunca, ¡no sabemos lo que tenemos en España! Por eso, no seáis tontos y disfrutad la vida, que pasa muy rápido. Alguien entenderá esto muy bien.

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