Al menos eso pone en las noticias de nuestra web formulamoto.es. Qué caprichoso es el ¿destino?

¿Correré el CEV?

Ismael Bonilla 1 1
¿Correré el CEV?
Fórmula Moto
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Bueno, yo creo que el destino no existe como tal. Pienso que lo que existen en la vida son una serie de causalidades (y no casualidades); sucesos que no controlamos del todo, algo superior a nosotros mismos y que nos hacen tomar unas decisiones u otras para llegar a un fin. No sé si lo he explicado bien, a veces ni yo mismo lo entiendo, pero más o menos sé lo que me digo.

Mi última experiencia en el CEV (al margen de alguna carrera como invitado en la Ninja Cup en las que no se me dio mal del todo) fue en el año 2003 en Jerez. Estaba convencido de poder  pulir mi 47,2 para bajar al 1,46 y colarme en 2ª fila con aquella vetusta Ducati 999. Error. Salí volando con el neumático de calificación (y hay que ser muy bruto para eso) y mi brazo quedó en forma de L. Guardo una bonita cicatriz (entre tantas otras) de aquel vuelo. Aquella lesión, tras una operación, quedó perfecta, y al año siguiente, con una R1, pensaba que podía hacer un muy buen papel en el CEV de Extreme. Pero todo se torció en una carrera del Trofeo RACE a modo de entrenamiento, donde en la primera curva volví a salir volando y me rompí mi hombro izquierdo, con la mala fortuna que me produje una complicada lesión que no tiene solución y que me ha condicionado todo lo que tiene que ver con motos desde entonces.

Tuve que tomarme un descanso forzado de casi un par de años, pero -la droga es la droga- y dos más tarde empecé a picotear de nuevo con las motitos. Por un lado como probador de Fórmula Moto y, por otro, haciendo algunas carreritas en la European Suzuki Cup, además de correr algunos campeonatos regionales, los cuales he ganado los cuatro últimos que he corrido. Basta que uno corra sólo para divertirse sin buscar resultados, para que sea cuando mejor le salen las cosas; es curioso.

Desde aquel 2004, nunca me había planteado volver a correr el CEV. Lo conozco muy bien, el nivel es altísimo y para quedar en puestos más o menos dignos prácticamente hay que ser profesional y dedicarse sólo a ser piloto. Pero tampoco quiero obviar todo lo que ha sucedido últimamente a mi alrededor, y sí, me gustaría intentarlo aunque con otra filosofía diferente a la de hace unos años.

En cuanto a lo que ha sucedido a mi alrededor; por un lado, el año pasado, al ganar el Campeonato Manchego de Velocidad de Extreme, me gané el derecho a ser piloto -oficial- Dunlop para el CEV 2011, con apoyo directo de ellos en cuanto al suministro de gomas. Es un premio muy jugoso al que me hubiera fastidiado renunciar. Por otro lado, BMW Ibérica, de alguna manera, me ha querido recompensar los éxitos de la temporada 2010 concediéndome a mí y a mi equipo EMS la posibilidad de contar con una serie de apoyos directos. Estos dos motivos ya podrían ser suficientes para decidir dar el paso, pero para mi aún no eran suficientes para hacerlo. La gota que ha colmado el vaso ha sido la aparición inesperada de un patrocinador para el proyecto; una empresa relacionada con el mundo de los gasóleos mediante su marca PETROL CONTROL. A excepción del caso de Dunlop, ninguno de estos colaboradores – ni siquiera mi equipo EMS- me exige correr el CEV ni conseguir ningún resultado determinado, por lo que no estoy obligado a nada, pero a mi sí que me apetece probarlo, ya que por increíble que parezca en estos tiempos, es un proyecto económicamente viable.

Ahora está el aspecto deportivo. Soy consciente que correr contra gente tipo Xavi del Amor o Iván Silva, puede hacer que, en un momento dado, me caliente e intente ganarles. Hace años luchaba de tú a tú contra ellos en 250 y estaba a su nivel, y a veces por encima. Pero no es mi guerra. No pretendo obtener ningún resultado en concreto; si un día quedo el 15 o el 20 no me enfadaré, sólo quiero disfrutar de la gran experiencia que es participar en el CEV y acabar las carreras, para después -entre otras cosas- contaros en nuestra revista las experiencias que suponen correr un campeonato de este nivel desde dentro. ¡Y oye!, aunque pueda estar de sobra decirlo, lo digo, y quizás por una vez en la vida pueda ganar algunos eurillos corriendo en moto, y tampoco lo quiero desaprovechar. La única incógnita que me queda es saber hasta qué punto podrá aguantar mi maltrecho hombro, porque las carreras del CEV son largas y tendré que ponerme un poco -o un mucho- en forma. Por eso me lo tengo que tomar con mucha calma, más que nunca. Me gustaría aguantar toda la temporada y divertirme al máximo, pero ya se verá que sucede. Ni yo mismo lo tengo 100% claro.

¡Nos vemos en los circuitos!

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