Yo era sólo un niño, pero aún tengo algunos recuerdos de la primera vez que vi a Manuel Alonso en persona.

Aquel señor gordito

Manuel Alonso
Aquel señor gordito
Fórmula Moto
Fórmula Moto


Manuel_Alonso

Fue en una carrera, mi primera carrera. Estábamos en el circuito de Albacete en el año 1994. Yo no me podía creer que aquel señor gordito, que me decían que era el jefe de Motorrad, pudiera correr en moto con aquella pinta de todo, menos de piloto. Y qué cosas, encima resultó que íbamos a correr en la misma categoría, lo que entonces se llamaba Copa Trail/Mono4T. Era un regional, y yo gané aquella carrera. El señor gordito me suena que quedó tercero. ¡Vaya, no iba tan mal para alguien de su edad!

 

A partir de ese año, entre -Manolo- y yo se creó un vínculo deportivo/familiar que me llevó a correr algunos años dentro del equipo Motorrad, que por aquellas épocas también estaba empezando en esto de las carreras, como yo.  Nuestra primera experiencia en serio juntos fue el Open Ducados en la categoría de Supersport. Aquello no salió muy bien -de hecho salió mal- por diferentes motivos, pero nuestra relación personal -incluyo a mi padre- con la familia Motorrad pudo más que todas esas desavenencias deportivas que tuvimos. Y lo mejor de todo, es que todos aprendimos de aquello.

Después de aquel regular 1995, Motorrad y yo nos separamos unos años, pero como el señor gordito suele decirme, yo soy -piloto vitalicio- Motorrad. Así que años después, en 2003, volvimos a juntarnos para correr el CEV de Fórmula Extreme con una novísima Ducati 999. Ayyyyy, qué añito… No era ese el mejor año para correr con Ducati, porque la desventaja de potencia contra las tetracilíndricas japonesas era demasiada, pero aún así, yo siempre he pensado que ese año ha sido mi mejor año como piloto, el que más rápido he ido. Los tiempos que hice ese 2003, siguen siendo -respetables- 7 años después. Y a eso yo le encuentro una explicación: los CV que le faltaban a la moto, los ponía el equipo, no sólo yo.

Porque en un equipo de carreras, a veces hay cosas más importantes que el talento del piloto, o disponer de la mejor moto: un ambiente familiar, de amigos de confianza y con ilusión. Y eso es lo que siempre yo he encontrado en el equipo Motorrad. Creo que Manolo -vaaaale, ya no te llamaré más señor gordito- no ha tenido nunca, ni tiene hoy por hoy, la necesidad de meterse en estos berenjenales y follones que al final son siempre las carreras. Podría conformarse sólo con gestionar esa red de tiendas Motorrad – la más grande de España- que ya sería trabajo más que de sobra. Pero creo que su ilusión por las carreras, con sus cosas buenas y sus cosas malas, ha sido y es siempre infinita. Y esperemos que siga siendo así muchos años, por lo menos otros 20. Por cierto, felicidades por el 19 aniversario de Motorrad.

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