BMW R NineT 2017: cuadrángulo Heritage

Como los cuatro jinetes del Apocalipsis, las cuatro variantes BMW Heritage actualmente disponibles han hecho una feroz aparición en la escena del segmento retro. Durante 2016, la suma de las versiones R NineT y Scrambler alcanzó el 43% de las ventas de motos de más de 900 cc en este sector. Y para la presente campaña se suman dos nuevas alternativas BMW R NineT Pure y BMW R NineT Racer. En un momento de euforia de estos modelos entre las marcas líderes, en Alemania han pensado que no hay mejor defensa que un buen ataque.

La realidad ha demostrado que a BMW le cogió absolutamente por sorpresa este éxito inmediato. La fábrica de Berlín se las ha visto y deseado para reducir las enormes listas de espera que la primera BMW R NineT ha cosechado desde su lanzamiento. Como es lógico, ante esta respuesta, las perspectivas que se abrían para la firma alemana eran infinitas. Una historia de casi un siglo plagada de referencias deportivas y comerciales es el mejor caldo de cultivo para el desarrollo de la filosofía imperante hoy día en estos modelos, capaces de integrar la leyenda del pasado con la tecnología actual. Pero más allá de cuestiones de marketing, moda y oportunidades, hay una realidad irrefutable: el factor nostalgia es la clave de los modelos retro-Vintage-Heritage.

Porque revivir un pasado que, probablemente, jamás se haya vivido, nos ofrece una atracción irresistible. En este apartado concreto de la motocicleta, ya sea porque tienes el recuerdo de la que tenía tu padre o tu abuelo, de las que has visto en películas de época, de lo que has leído en revistas del pasado, o… tú mismo pon tu propio ejemplo, la atracción de «cualquier tiempo pasado fue mejor» es difícil de rebatir. Y no es una simple cuestión de moda. No creo que porque te dejes una forma de barba en concreto ya te surja la pasión por rodar con una roadster retro. Es cuestión de pura necesidad vital.

Y mi propia experiencia es mi principal ejemplo. No me bajo de una moto de última generación cuando ya estoy subido en otra, y en otra, y en otra… Sin embargo, solo algunas te llegan al alma, te hablan bajito y al oído, y las nuevas BMW tienen mil y una historias para contarte. Son motos viscerales, que jamás tendrías en cuenta desde un punto de vista racional, pero ¿quién ha dicho que montar en la moto de tus sueños tenga nada de racional?

CÓMO SON LAS BMW R nineT 2017

En todos sus rincones, la serie R NineT rezuma pasión por el pasado. Todas comparten motor, el bóxer con culata de cuatro válvulas anterior a la última generación de agua, convenientemente actualizado para cumplir con la normativa Euro 4 mediante modificaciones en el mapa de inyección, en el catalizador y un nuevo filtro de carbono activo. En parte ciclo sí destacan diferencias, como la horquilla invertida multirregulable (la anterior no ofrecía regulaciones) dotada de pinzas radiales exclusiva de la R nineT frente a las telescópicas convencionales con pinza tradicional del resto, o el sistema de regulación de la precarga de muelle trasero con pomo en la R nineT y con herramientas específica en las otras tres representantes de la saga.

La extensión de subchasis para facilitar la personalización mediante un bastidor compuesto de cuatro piezas atornilladas entre sí en lugar de tres como sus hermanas Pure, Scrambler y Racer, es otra distinción de la versión original. También destaca por su depósito de aluminio, de acero en el resto. Curiosamente, el de acero dispone de un litro menos de capacidad (de 18 l. a 17 l.), consecuencia de su estructura interna.

Pero si hay motos en las que el diseño recibe una atención incluso más trascendente que su técnica, éstas son la serie BMW Heritage. El pulido a mano del depósito de aluminio en determinados acabados R nineT, la terminación también a mano de las líneas que se dibujan en este mismo depósito, los escapes y fuelles de horquilla de la Scrambler o el semicarenado de la Racer te llegan al alma más directamente que cualquiera de sus soluciones de vanguardia, como el sistema de control de tracción ASC opcional en todas las versiones.

CÓMO VAN LAS BMW R nineT 2017

Una jornada por la Ruta de Las Vegas de la provincia de Madrid, la región sureste de la Comunidad que circunda el río Tajo y que en esta época pre-primaveral luce espléndida, sirvió para comprobar todas las propuestas de la gama BMW Heritage. En mi caso me centré en las tres novedades 2017, remitiéndote a la prueba que Alan Cathcart realizó de la cuarta integrante, la BMW R nineT Scrambler.

El recorrido inicial de salida del centro de Madrid en busca de San Martín de la Vega lo realicé con la BMW R nineT Pure. Aprietas el botón de arranque y te saluda con un único cabeceo de bienvenida, el mismo con el que te obsequia cuando aceleras en vacío o que se repite cuando la apagas. Las sensaciones me recuerdan a la versión original R nineT, con un motor poderoso en bajos y medios, pero nada desdeñable en altos, que no parece haber notado su manipulación para la Euro 4 más que en un detalle sorprendente: ¡suena mejor que nunca! Las aceleraciones se convierten en adictivas por este motivo, en mayor medida en este sentido acústico que con la Racer, cuyo carenado parece mitigar los decibelios que llegan a tus oídos. No es que sean muchos, sino de mucha calidad.

La posición de conducción es muy cómoda, bastante erguida y natural. Ya te contaré luego con la Racer. En la urbe eres el centro de todas las miradas, también porque rodábamos a la par unas veinte motos de todas las versiones Heritage por La Gran Vía madrileña… Esta posición no es obstáculo para circular a velocidades prohibidas en autovía, y no me preguntes la razón, porque la protección es cero. Pero es así.

Esto hace que te empuje a una conducción deportiva, cuando realmente es solo ficción. Para eso ya está la serie R 1200. Céntrate en aprovechar su forma de andar, en mimetizarte con lo que te rodea, pero con el privilegio de una imagen única. El motor bóxer cabecea con acritud cuando bajas marchas en busca de una brusca reducción de velocidad antes de esa curva que quieres trazar como en un circuito; entonces agradeces que monte un amortiguador de dirección. Pero te estás equivocando de proceder. Algo similar ocurre en frenadas, ya que preferiría más contundencia. Pero de nuevo craso error. Su objetivo se ve mejor reflejado en un tacto de embrague y cambio excelente, todo suavidad tanto en carretera como en ciudad, o detalles prácticos como las manetas regulables. Las vibraciones que te llegan en todo momento son las justas, un hilo de comunicación entre ella y tú, jamás un inconveniente a cualquier régimen. Una moto con personalidad para disfrutar y, de paso, dar envidia a los demás.

Su instrumentación es una única esfera para el velocímetro que incorpora una pequeña pantalla digital. Ni rastro de marcha engranada, rpm o temperatura ambiente. Al menos de los dos primeros podían inspirarse en el sistema de Harley-Davidson, sencillo y, seguro, muy barato. Nada que no se te olvide a los pocos metros de haber empezado a rodar con ella y comenzar a saborear la autenticidad que te ofrece.

El paso obvio siguiente (¿te había dicho antes eso de «dar envidia»?), es seguir ruta con la BMW R nineT. Mismo motor, ¿misma respuesta? No exactamente, porque de ciclo se siente realmente distinta. Su superior calidad de suspensiones es notable, con menos ligereza de tren delantero y un aplomo más franco. Además, su instrumentación con dos esferas es mucho más completa. Si es «más mejor» y «más bonita» como reflejan sus 3.000 euros de diferencia con la Pure, es tan relativo como la cantidad de ceros que pueblen tu cuenta corriente. Desde luego, como te entren por los ojos sus decoraciones específicas, dale ya el adiós a esos 3.000 euros…

Y para la guinda del pastel me reservo la Racer. Su impecable imagen te predispone a un viaje al pasado sin trasbordos. Georg Meirer, Walter Zeller o Helmut Dahne son pilotos alemanes de distintas décadas que defendieron los colores de BMW en competiciones internacionales. Y aquí estás tú, en 2017, con la barbilla sobre el depósito, totalmente aplanado y sintiendo el bramido del mito bóxer. Eso sí, solo un rato, por favor. Con el manillar allí delante y abajo, el asiento muy atrás y las estriberas elevadas y retrasadas, su posición es más exigente que una BMW S 1000 RR, créeme.

La transición entre el fluir de las naked y esta deportiva BMW R nineT Racer es brutal. Las primeras curvas cuesta trazarlas por donde quieres, hasta que te acoplas y te trasladas a otra dimensión. Aún yendo despacio, te hace creer que vas rápido. Al cargar más peso delante, la diferencia de entrada en curva respecto al resto de R nineT es abismal. Sensaciones y más sensaciones, que ahora sí te invitan a jugar más con el potencial del bóxer de aire… y su sonido.

En la primera media hora creía no querer bajarme nunca de ella, pero tu espalda piensa de otra manera. Además de exigente por postura, parece más dura de conducción, lo que te obliga a un mayor esfuerzo sobre todo si el asfalto no está en impecables condiciones. Para una salida de fin de semana por carreteras conocidas es de diez, cum laude cuando aparques para tomar algo en tu parada de referencia. Pero si tuvieras que enfrentarte a un PuntApunta, no olvides ahorrar para un fisioterapeuta.

Y si de ahorros hablamos, ¿ya sabes en qué R nineT te gastarías los ahorros que tienes… y los que no? Por cierto, en septiembre llegará «el quinto elemento». ¡Más madera!