La BMW R 1300 GS Triple Black se muestra como la viajera trail infinita
Vi la BMW R 1300 GS por primera vez en el avance a la prensa realizado en su web, con fotos que ilustraban un texto interminable de características técnicas, opciones y, sobre todo, intenciones. Sí, porque BMW ha apostado muy fuerte por su modelo estrella. La renovación ha supuesto, sobre el terreno, toda una revolución que, como tal, tendrá defensores y detractores.
En mí verás un periodista, imparcial de pretendida vocación, que lleva más de 35 años probando motos de prácticamente cualquier tipo y condición. Como es lógico, tengo mis favoritas después de tanto tiempo poniéndome a los mandos de unas y otras, y he de decir que la saga GS de BMW se encontraba en ese término medio de «me gusta, pero…».
Como bien sabes y, supongo, estarás de acuerdo conmigo, todo en esta vida es mejorable y las motos trail saben mucho de esto, precisamente porque pretenden ser la moto total, la que valga para cualquier plan que se te ocurra. En ese caso, ¿a qué debería darle mayor prioridad? ¿Campo o carretera? ¿Sport o turismo? ¿Equipamiento a tope o contención en el precio?
Cómo es la BMW R 1300 GS Triple Black
Bien, BMW ha optado por tirar, en esta compleja encrucijada de caminos, por la calle del medio para darle a todo a la vez y no dejar nada por el camino, a merced del azar. Para ello emplea una fórmula cada vez más extendida, como es la de partir de una versión básica para, en función de tu billetera, sumar opciones individuales o en paquetes que agrupan equipamiento.
Tal es el caso de la moto que traemos en esta ocasión. La BMW R 1300 GS Triple Black es, como te dije al pricipio, de todo menos una trail convencional, entre otros aspectos por sus prácticamente infinitas posibilidades de equipamiento, a lo que hay que añadir la decoración ya vista en otras BMW que, con su exclusiva denominación, tiñe de negro y gris muchas de sus piezas, añadiendo otras.
A día de hoy ya habrás leído, visto y oído todo alrededor de la nueva BMW R 1300 GS. Daniel Navarro disfrutó de diferentes versiones con equiamiento variado durante la primera toma de contacto de esta moto realizada en la presentación de la trail que tuvo lugar en tierras malagueñas, donde pilotos de todo el planta se encontraron para obtener las primeras conclusiones.
De modo que lejos de insistir en una larguísma explicación técnica de la alemana, nos quedaremos en esta ocasión con lo básico, que en su versión mínima quedaría resumido con el hecho de decir que se trata de una moto completamente nueva aunque, atención, sin olvidarse de sus orígenes que, a fin de cuentas, son los que le han convertido en una leyenda del mercado mundial.
Así, parte de su enorme legado viene de la casi exclusiva configuración del motor twin boxer de cilindros opuestos que, en esta ocasión, encontramos en un mismo plano y no ligeramente «desfasados» como lo hacía de manera tradicional. Sigue aprovechando la tecnología de admisión variable desplegada en la última versión de la BMW R 1250 GS que tantos beneficios dinámicos aporta.
Más compacto y ligero, en el diseño del cambio encontramos otro avance interesante que, a diferencia de su disposición posterior tradicional, deja de situarse tras el motor para integrarse en su parte inferior. El resultado ha sido francamente positivo, incluyendo el funcionamiento del cambio semiautomático en subida y bajada. Todo fluye ahora mucho mejor.
El equipo de frenos no era algo que requiriera mayores esfuerzos para acercarse al punto óptimo de rendimiento, pero tal vez sí se podía rizar un poco más el rizo en el apartado de suspensiones, donde el anterior Dynamic ESA ahora evoluciona hacia los nuevos Telelever EVO y Paralever Evo mediante estructuras diferentes, con nuevos diseños y materiales que mejoran la puesta a punto.
Y es que, como no podía ser de otro modo, la electrónica en este y el resto de parámetros de la moto alcanza los máximos estándares de calidad y posibilidades para conseguir una GS más avanzada y segura, con altura adaptativa a la carga y velocidad, control de distancia delantera y trasera mediante radar, aviso de ocupación en ángulos muertos, hasta 7 modos de motor…
Cómo va
Como ves, la BMW R 1300 GS es efectivamente una moto casi infinita en prácticamente cualquier aspecto, más todavía si se nos presenta con la variante Triple Black que ahonda en un equipamiento netamente viajero donde, no lo dudes, puedes adaptar sus capacidades a golpe de accesorio o paquetes que los engloben y que puedes consultar a través de su web o en tu concesionario.
Al hilo de esto, he hecho un cálculo aproximado con la configuración de la moto de pruebas que ves en las imágenes, obteniendo un resultado final, tal cual la recibimos equipada, de alrededor de 27.750 euros, con «oscurísimas» llantas de aluminio y neumáticos cien por cien asfálticos, para que un viaje «por lo negro», nunca mejor dicho, sea tan intenso como divertido y seguro.
La primera impresión al tener la BMW R 1300 GS ante mis ojos fue, en cierto modo, la misma que experimenté cuando vi las primeras fotos que, al tiempo, fue la que Dani te comentó cuando se subió a ella durante la presentación mundial. A él, como a mí, le pasa lo mismo: lleva tantos años rodando en moto que ha visto y disfrutado de todas las versiones «en vivo y en directo».
Tal vez por ello la nueva GS impresiona al primer vistazo. Es una moto realmente compacta para lo que nos tiene acostumbrados; tal vez cabría decir aquí aquello de que sus medidas son más «typical spanish» que las habituales de los pilotos alemanes, donde a los mandos de una moto grande se encuentran a sus anchas… pero nosotros no tanto. El término medio es, ahora, la tónica domiante.
Si a esto le sumas el efecto de las suspensiones electrónicas, rebajando la altura de la Triple Black para llegar con ambos pies al suelo sin problemas y controlando, con el contacto encendido, la altura de la moto al subirla o bajarla del caballete central, nos encotramos ante una moto que se deja estacionar como es debido para estabilizar el conjunto, esto es, la moto y su carga.
Porque como debe ser en una viajera de pro, la BMW R 1300 GS Triple Black nos ha venido con el juego completo de maletas que ofrece un nuevo diseño, con detalles como una palometa que a través de su giro modifica la capacidad de cualquiera de las laterales; también funciona en el top case, donde vemos además luz de cortesía y amortiguador que controla la apertura o el cierre.
Con ello, la suavidad general y la sencillez de manejo son monedas de uso común desde el mismo momento que tomas contacto. De hecho, las nuevas soluciones como las acciones y elementos requeridos para la apertura, cierre y desmontaje del conjunto de maletas es todo un acierto, así como los nuevos mandos introducidos en las piñas… a los que tienes que acostumbrarte si vienes de anteriores GS.
Como te dije más arriba, el tacto del nuevo cambo es más directo y dulce, con un «semi» que funciona realmente bien a cualquier régimen, lo que no toda moto puede decir. Tal vez el recorrido de desplazamiento de la maneta de embrague en su margen de trabajo sea algo corto, pero en realidad será un aspecto que apenas percibas en cada salida desde parado, y algo más en frío; del resto se encarga el shifter.
Si bien tratamos de una moto nueva, no esconde sus orígenes que, eso sí, se encuentran convenientemente actualizados y mejorados. El boxer sigue emitiendo un ruido similar con el peculiar silbido de admisión y vibraciones bastante bien camufladas en bajos y enérgicas recuperaciones. Todo ello queda filtrado de manera que forme parte de su carácter, sin mayor daño colateral.
La impresión de que la moto es más compacta que nunca es un hecho, sobre todo después de haber probado casi todas las GS desde la primera «ocho y medio G/S» por gentileza de Motos Hernández… hace ya unos cuantos años. Si te soy sincero, en cierto modo me recuerda a aquella moto sencilla, no muy pontente pero sí extraordinariamente fácil de pilotar y de generar diversión a cada kilómetro.
La BMW R 1300 GS Triple Black es así, aparatosa en apariencia con el equipo completo de maletas pero, una vez en marcha, te das cuenta de que su conducción no entraña dificultad alguna; supongo que si eres muy exigente querrás eliminar el ligerísimo bache que aparece entorno a 4.000 vueltas, abriedo gas mientras subes marchas de manera alegre, pero las normas Euro son así de «puñeteras»…
Con la moto por la mano tras haber rodado en ciudad con una confianza total, incluso en giros cerrados donde la dirección se deja hacer y con los pies cerca del suelo llegado el caso gracias, en gran parte, a la regulación automática de la altura, la salida a carretera es vital para entender que estamos a los mandos de una moto de genes viajeros en su más pura esencia.
La posición a los mandos no revela nada nuevo respecto a lo rodado en ciudad, con manos y pies formando un triángulo relajado respecto al torso. En cualquier caso, ya sabes que puedes modificar la ergonomía en lo relacionado con el manillar, los estribos y el asiento. Mientras tanto, puedes acceder a la calefacción en manos y trasero, o a la altura de la pantalla, mediante la piña izquierda.
Llega entonces el momento en el que te das cuenta de que este motor es lo que algunos queríamos que fuera antes, en pocas palabras, más enérgico en su zona alta. No tienes más que buscar el momento para superar las 6.500 vueltas y experimentar cómo se enfada el boxer para comprobar lo que le cunden los 145 CV.
¿Significa esto que los 136 CV anteriores eran insuficientes? No, no nos equivoquemos, pero lo cierto es que la nueva configuración le permite abrir las puertas a un universo de diversión con mayor quema de adrenalina, llegado el caso de aprovechar el propulsor hasta el régmen máximo permitido. De modo que si es más divertida por motor, peso reducido y más «recogida»… ¡eso que te llevas!
Sobre tramos sinuosos, la BMW R 1300 GS Triple Black, maletas incluidas, lo confirma: obtienes diversión directa sea cual sea el ritmo que imprimas. Si subes la velocidad verás cómo trabajan las suspensiones, con un tacto más convencional que antes, lo que redunda en una mejora sobre todo del Telelever, mientras que atrás la sensación de cotrol y tracción son muy limpias, transmitiendo seguridad y confianza.
Por su parte, el tacto de los frenos sigue la línea de respuesta del amortiguador frontal, permitiéndote entrar con apoyo sin grandes inercias que te lleven hacia el exterior; todo ello con un tacto en el que sabes en todo momento cuánto tienes que tirar de la maneta o cómo modular cuando la moto está girada. Al soltar, la GS tiende a mantener la línea que hayas establecido. Es como magia… sin serlo.
En la BMW R 1300 GS Triple Black influyen otros aspectos más allá de la versión Pure establecida como puerta de entrada al ámbito maxitrail de la marca alemana, como puede ser el hecho de rodar más que ligero con el conjunto de maletas a cuestas, pero incluso así mantiene con mayor decoro de lo esperado la consecuente aparición de «shimmies». Como te digo, es una grandísima e infinita viajera…
Lo mejor:
- Es una maxitrail muy compacta y fácil de conducir
- El aumento en potencia máxima es sensacional
- Puedes personalizar tu BMW R 1300 GS como desees
Mejoraría con:
- Una intervención más suave del control de distancia
- Eliminando el pequeño bache entre bajos y medios
Así la vemos:
En carretera: 5
En ciudad: 4
Pasajero: 5
Confort: 5
Equipamiento: 5
Autovía: 5
(De 1 a 5 puntos)
Desde luego, resulta evidente que se trata de una viajera tragamillas espectacular, más todavía en su versión Triple Black que muestra una extraordinaria belleza con sus llantas de aluminio teñidas de negro. Equipada con neumáticos asfálticos te permitirá hacer alguna que otra incursión en caminos, pero lo ideal con nuestra configuración es viajar y divertirte por cualquier carretera que pises.
