Prueba BMW F 700 GS 2016: la erótica del poder

Una de las razones para que un modelo logre un status de referencia es contar con un sólido respaldo histórico. El caso de la BMW F 700 GS es emblemático. Su trayectoria parte de uno de los modelos más míticos de la historia reciente de la marca alemana: la BMW F 650 GS. Aquella monocilíndrica que protagonizó el cambio de siglo en el catálogo germano fue el primer modelo que abrió las puertas de la marca Premium a motoristas que jamás se habrían planteado dar el salto a un modelo con este emblema en su depósito. Tanto por cuestiones económicas como por concepto, la BMW F 650 GS abrió la veda, una moto asequible para muchos bolsillos y polivalente, eficaz en la ciudad y disponible para largos recorridos, sin perder un ápice del prestigio BMW.

Tal fue la relevancia de aquel modelo que la primera versión de la actual F 700 GS acogió su misma denominación F 650 GS a pesar de cambiar sustancialmente sus principios. Del monocilíndrico original (obra de Aprilia) se pasó en 2008 a un bicilíndrico en línea de fabricación propia que recogía un desarrollo de motor inédito en BMW hasta el nacimiento de las F 800 S y F 800 ST dos años antes. En 2013 se lanza la primera edición ya con las siglas BMW F 700 GS, el origen de la evolución a la que asistimos este 2016, una serie que, por tanto, se encuentra en la fase intermedia de su vida útil.

Presentada en el Salón de Milán 2015, la BMW F 700 GS no recibe reformas en motor ni en parte ciclo. En el primer apartado mantiene todas las características previas, incluso la superación de la normativa Euro 3. Será a partir del verano cuando ya se adapte a la nueva norma Euro 4 de emisiones y ruidos. En el aspecto de seguridad, ya hace años que BMW la ha dotado del ahora obligatorio ABS, dentro de su estrategia 360º: todos los modelos de la gama incluyen frenada antibloqueo.

Evolución constante en la BMW F 700 GS

Las novedades residen en criterios estéticos y prácticos. Su imagen es notablemente diferente a la versión previa, con paneles laterales metalizados que le otorgan un perfil muy alta gama. Otro detalle que sirve para identificar de inmediato la versión 2016 es el acabado bicolor del asiento. Un repaso más en profundidad descubre unas líneas diferentes de la tapa del falso depósito (el auténtico se encuentra, como en toda la gama F GS, bajo el asiento), la que sirve de cobertura al filtro del aire, claramente más agresiva que la anterior. Asimismo, toda la placa que contiene la cerradura de contacto es de nueva factura, siendo el único aspecto que, en marcha, te indica que estás rodando sobre la última edición BMW F 700 GS.

En cuanto a su faceta más práctica, las alternativas de asientos se incrementan ahora hasta cinco posibilidades, entre 765 mm y 860 mm. La de menor altura exige incluso recortar el recorrido de la suspensión, permitiendo que las chicas de estatura más reducida también accedan a su conducción.

Todos estos cambios hacen que, cuando te aproximas a ella para introducir la llave de contacto, tengas la sensación de que realmente es un nuevo modelo. Los diferentes adhesivos F 700 GS aportan otro toque de novedad que se suma al exclusivo acabado Ride de la versión que dispuse durante la presentación. El color blanco luminoso de sus fibras contrasta con el rojo de su chasis y muelle del amortiguador trasero, añadiendo protectores de puños para una imagen más auténticamente trail.

En marcha con la nueva BMW F 700 GS

Tras apretar el botón de arranque, te reencuentras con un viejo conocido. El sonido está claramente inspirado en el legendario bóxer, produciendo un agradable lazo familiar. Los primeros metros urbanos transcurren con facilidad. El embrague es idóneo por tacto y progresividad, entrando las marchas con el grado justo de recorrido y suavidad, incluso sin tocar la maneta izquierda cuando el motor gira por encima de las 3.000 rpm.

El radio de giro es sobresaliente para afrontar los embotellamientos diarios y la postura de conducción erguida te permite dominar con confianza el tráfico a tu alrededor. Una vez en carretera abierta, el empuje a bajo y medio régimen no tiene nada que envidiar a su hermana BMW F 800 GS con casi una decena de CV más. Comparten cilindrada a pesar de su denominación, tan solo diferenciándose por el diseño de su culata. De hecho, la BMW F 700 GS transmite menos vibraciones, mínimas en ambos casos, que la otra trail bicilíndrica en línea alemana.

Todo en ella ha sido pensado para sacar el máximo provecho de tu nuevo carné A2, y sin que una vez superado el trámite del A te veas en la necesidad de cambiar de montura por sentir que «se te quede corta». A la citada cortesía de su grupo embrague-cambio se suma unos frenos más progresivos que en la BMW F 800 GS, aunque ambas comparten equipo, con doble disco frontal de 300 mm y posterior de 265 mm dotados de pinzas y bombas Brembo.

El contenido peso y la buena labor de sus neumáticos Pirelli Scorpion Trail garantizan kilómetros de diversión en carreteras secundarias al mismo nivel de practicidad en la ciudad. La nobleza de sus movimientos es el reflejo del buen funcionamiento de un chasis multitubular que demuestra que esta solución aún tiene un largo recorrido en motocicletas de cilindrada respetable. En autovía te obsequia con dosis suficientes de potencia para sucumbir a la tentación de superar los límites de velocidad establecidos. No obstante, mejor rodar por debajo de los 140 km/h del marcador, ya que su pequeña cúpula no cubre lo mismo que la más protectora de su hermana BMW F 800 GS.

BMW F 700 GS con tecnología de peso

En estos momentos, la F 700 GS es el mejor escalón de entrada en el universo BMW de superior cilindrada, por encima de una G 650 GS más restringida a un uso intenso en la urbe y también sobre una F 800 GS, una moto más especializada a imagen y semejanza aventurera del icono BMW R 1200 GS.

El contenido tecnológico de sus opciones ESA y ASC hace de ella una moto 100% Premium, todo ello ya presente en la edición previa. El sistema de control antideslizamiento de la rueda trasera ASC se sirve de los canales del ABS para incrementar el factor seguridad de la BMW F 700 GS. Por su parte, el equipo de gestión electrónica de la respuesta del amortiguador ESA es un toque de vanguardia en el apartado suspensiones, un aspecto que se refuerza con la presencia de serie de un pomo para regular fácilmente la precarga del muelle trasero y adaptarse a distintas condiciones de carga (equipaje y/o pasajero).

Este sistema ESA es fácilmente accesible desde un pulsador situado en la piña izquierda. Se puede hacer en marcha y ofrece tres alternativas: Confort, Normal y Sport. Es aconsejable ir de menos a más para extraer conclusiones de su funcionamiento, apreciándose de forma evidente sus ventajas.

La BMW F 700 GS estará disponible en los concesionarios oficiales de la marca alemana a partir del 8 de febrero, en colores naranja o gris por 9.000 € (se mantiene el precio respecto a la edición previa), o con el citado acabado especial Ride.