Qianjiang (pronúnciese "chin-yan"), o simplemente QJ, es la marca china que ha reflotado Benelli, firma que en 2011 cumplió cien años de historia. La adquisición se produjo en diciembre de 2005 y diez años después estamos viviendo los mejores capítulos de este acuerdo. El último la Benelli BN 600 GT, una cuatro cilindros construida sobre la base de la naked Benelli BN 600 R.
Este proyecto se ejecuta alrededor de un propulsor tetracilíndrico obra del italiano Stefano Michelotti y un diseño estético del español Carlos Solsona. En Europa se realizó el desarrollo inicial de un proyecto que comenzó en 2006, también con la colaboración de ingenieros chinos que luego fueron los responsables de la última fase de pre-producción previa a su fabricación final. En palabras de Michelotti: "al principio fue complicado el trabajo con los ingenieros chinos, no solo por cuestiones lingüísticas, sino porque estábamos acostumbrados a perseguir objetivos diferentes en cada caso a la hora de emprender un nuevo diseño. Pero poco a poco nos fuimos comprendiendo unos a otros, entendiendo nuestros puntos fuertes, y la colaboración resultó un éxito. Ha supuesto un magnífico punto de partido para futuros proyectos". Lo que resulta obvio es que la experiencia del equipo italiano es crucial para el desarrollo de un producto chino que compita de tú a tú con los modelos japoneses y europeos, beneficiándose de las ventajas de reducción de costes de su producción en China para conseguir un precio muy, muy competitivo.
El paso siguiente tras la Benelli BN 600 R ha sido la sport-turismo Benelli BN 600 GT. Al contrario que en la naked, ésta ya no pasa por el filtro de los responsables de la fábrica de Pesaro (Italia) en cuanto a componentes finales para los modelos comercializados en Europa y otros mercados maduros. En lugar de los frenos Brembo, horquilla Marzocchi y amortiguador Sachs, la Benelli BN 600 GT incorpora equipos de origen chino, lo que demuestra el avance en la calidad de estos componentes.
Una vez a sus mandos, la posición de conducción es bastante confortable para mis 1,80 m de estatura. El asiento de 800 mm de altura está bien diseñado y se estrecha lo suficiente en la parte frontal para permitir llegar al suelo con facilidad. El manillar ancho se monta sobre elevador de 80 mm de altura. Los puños quedan un poco retrasados para una postura relajada. La maneta de freno es regulable en cuatro puntos, pero no la de embrague. Éste ofrece un accionamiento muy progresivo, idóneo para pilotos sin mucha experiencia.
Las estriberas quedan algo elevadas y vienen bien para aprovechar el agarre de los Pirelli Angel. Ver productos de la marca italiana en productos "made in China" será algo más habitual a partir de ahora tras la compra de la firma por una empresa del gigante asiático. Aunque te sientes sentada bastante alto, no dejas de formar parte integral de un conjunto con la moto, ya que tus rodillas quedan bien encajadas en el depósito. Te da mucha confianza, un detalle esencial para pilotos noveles.
A 100 km/h, el tacómetro muestra 5.000 rpm con una conducción placentera y relajada. Pero si aumentas el régimen de giro, la Benelli se pone en movimiento de verdad. Puedes ir a 160 km/h a 8.300 rpm sin ningún estrés. Los pequeños deflectores del carenado hacen un excelente trabajo que no te esperabas. Y el sonido del motor también es otra cuestión a remarcar. El zumbido a bajas vueltas del silenciador situado bajo tu pie derecho se convierte arriba en un auténtico rugido. Triumph te obliga a comprar un escape accesorio para conseguir un efecto similar. En el caso de los italianos, ¿qué esperabas de una hacienda que está al lado de la ópera local del compositor del Barbero de Sevilla?
Aunque las geometrías de dirección parecen algo conservadoras, se maneja con precisión en curvas sin perder estabilidad a alta velocidad. Tampoco pierde la compostura cuando exiges al máximo a sus discos delanteros de 320 mm. Aunque la horquilla no es regulable, su funcionamiento es muy correcto y está muy bien puesta a punto. El asfalto en esta zona de Australia no es de la máxima calidad, pero la suspensión trasera te facilita la vida aunque no cuente con bieletas. Te tienes que encontrar con baches XXL para que la Benelli BN 600 GT pierda las formas. Su solidez está garantizada a pesar de las elevadas prestaciones que ofrece su motor de 600 cc y cuatro cilindros.
Se puede definir como una moto muy utilizable y capaz, que te inspira confianza cuando vas rápido y que, sobre todo, resulta divertida y nada violenta. Simplemente placentera. Si a ello le añades un precio muy contenido, concluyes que es un modelo ideal para adentrarse en la conducción de una moto de cilindrada ya respetable. Su calidad está al nivel de sus rivales japoneses, aunque habrá que ver qué tal soporta el paso del tiempo. El punto de partida es excelente. Benelli está de vuelta y muy en serio.
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