Aprilia RS 250: así es el mito

Motos prácticamente derivadas de las motos del mundial de 250cc, con lo justo para convertirlas en motos de carretera; rápidas, ágiles, ligeras€ justo lo que debe ser una verdadera deportiva. Suzuki RGV, Yamaha TZR y Honda NSR fueron las reinas de la categoría durante aquellos años. Kawa, con la KR-1 también estuvo en «el ajo», pero siempre un paso por detrás.
Pero en las pistas de carreras eran sobre todo las Yamaha TZ 250 y las Honda RS 250 las que abundaban€ y luchaban contra los europeos de Aprilia, cuyas RS 250 dominaron enseguida la categoría. Sin embargo, era precisamente Aprilia, la gran dominadora en la pista, la que no tenía una réplica de calle de su moto. Su mecánica, de válvulas rotativas, era más competitiva que los motores de láminas de los japoneses. Pero demasiado complejo, radical y delicado para hacer una versión de calle. Otro problema: ninguna Aprilia de entonces llevaba un motor propio; las 50cc iban con motores Minarelli; la 125cc con un motor Rotax.
Lanzar una Aprilia RS 250 de calle suponía o bien desarrollar un motor propio y específico para una moto que, desde el inicio, se sabía no iba a ser una «super-ventas» o bien buscar un proveedor de motores. Y fue la segunda opción la que se llevó a la serie.
Suzuki llevaba décadas fabricando 250 bicilíndricas de 2T. En los 80 el modelo de la gama que ocupaba esta posición había sido la RG 250 a la que se sustituye, en 1988, por la RGV 250. Un nuevo motor bicilíndrico en V, con admisión por láminas y válvulas electrónicas de escape, cambio «cassette» y chasis perimetral de aluminio, en una moto muy cercana a las de carreras. En el año 91 llega su primera evolución: la RGV cambia de estética, monta ahora una llanta trasera de 17″ (18″ en la anterior) y gana casi 10 CV de potencia (64 CV ahora), con nuevas válvulas de escape y retoques en carburación, cilindros, escapes y gestión electrónica. En 1997 se presenta la última evolución de la RGV, con código interno VJ23, estrena un nuevo chasis y un nuevo motor, completamente redise-ñado, con una V más cerrada entre sus cilindros: es, en suma, una moto nueva.
Es por ello que Suzuki decide «compartir» el motor «VJ22»; el de la RGV del 92 al 96. Y se convierte en proveedora de motores para Aprilia. Los italianos no cambian nada del motor, salvo tapas de cárter, en los que ahora pone Aprilia. Declaraban 70 CV para el mismo motor, aunque resulta raro, ya que no cambia ni siquiera la electrónica. Pero el resto de la moto€ era otra cosa.